El Bloqueador Solar

¿Cómo es posible que tomar el sol haga que tu piel se queme? El culpable es la radiación ultravioleta (UV), un tipo de luz invisible producida por el sol. Para protegerse en contra de la luz UV, nuestro cuerpo aumenta la producción de un pigmento en la piel llamado melanina. La melanina absorbe luz UV y la libera como calor. Pero cuando su mecanismo de defensa natural es sobrepasado, acabas con ese temido problema de verano: una quemada de sol.

Una solución para estar en el sol con seguridad es usar protector solar. El número frente a la botella indica el factor de protección solar (SPF por sus siglas en inglés). Te dice cuánta protección tendrás cuando apliques la crema o el espray. ¿Pero qué significa exactamente ese número?

Para medir la efectividad de un protector solar para bloquear los rayos UV, el SPF se calcula en un laboratorio. Dos grupos de voluntarios se exponen a una fuente de luz que imita el sol a medio día. Un grupo usa protector solar, el otro grupo no. Los investigadores documentan el tiempo que le toma a la piel de cada voluntario en volverse roja, y luego los tiempos se comparan para producir el SPF.

Un protector solar con un SPF de 20 quiere decir que puedes estar en el sol 20 veces más tiempo del que pudieras si no estuvieras usando protector. Entonces, si normalmente te quemas en 10 minutos, con el SPF 20 podrás estar en el sol por 200 minutos (más de tres horas) sin que la piel se ponga roja. Pero es importante reaplicar a menudo, incluso durante esos 200 minutos. Sudar y nadar reducen la efectividad del protector solar. La Academia Americana de Dermatología recomienda que todos usen protector solar con un SPF de 30 para arriba para prevenir quemaduras de sol, al igual que cáncer de piel.